- ¡ Si es que no se puede, no se puede! Quieres que las cosas salgan bien, te dejas el puto pellejo en ello; pero aún así no es suficiente...
- No, nunca es suficiente...
- Si es lo que yo digo, no hay derecho.
-Tampoco hay que exagerar, él tiene sus ideales, el pueblo lo aclama y, ni tu ni yo, cambiaremos eso.
-¿Como que no? Yo no..., pero tú si, Bruto. Eres el más cercano a él, aparte de ese perro extrangero al que tiene por esclavo y que lo sigue a todas partes.
- ¡Por las Furias! ¿De qué hablas? Pareces ya mi madre, se ha vuelto loca... La cordura la ha abandonado por esa obsesión vuestra. ¡Mehercules! Pero si no razona ya...
- Servilia no está loca, Bruto, eres tú el que no escucha la agonía de la Res Publicam... ¡Tú puedes cambiar todo esto!
-Calla. Siempre pensé que eras demasiado pasional amigo mío, pero esto se te está llendo de las manos, la política de provincias se te daría mejor.
- ¡Roma se muere en las manos de un canalla!
-¡Ese canalla es cónsul vitalicio con vuestro consentimiento! ¿Me niegas acaso que no estabas tú en la reunión del Senado aquel día?
- No, no lo niego, pero debía consentir. No quedaba otra salida... Pero Bruto, ¿que podría haber hecho yo? Cicerón, político provinciano, no tengo un nombre tan brillante como el tuyo, el mío debe ser pulido constantemente...
- ¿A que te refieres?
- Mi familia no es tan ilustre como la tuya, no desciendo de un fundador. Bruto, yo nada puedo hacer, pero tú si. ¡El pueblo gritará tu nombre por todo el territorio! ¡Junio Bruto, liberador de Roma!
- ¿Liberarla? Yo no.
- ¡Si! Liberarla. ¿No me habías dicho que César te quería convertir en el ilustrísimo gobernador de Macedonia?
- Si, en Macedonia...
- ¡Macedonia! A cientos de miliarium de Roma, y de él mismo.... ¿Que qué insinúo? ¿Un senador convertido en gobernador? ¿En Macedonia? Te tiene miedo, te quiere apartar de él, sabe que puedes cambiar el curso de la historia...
- Cambiar el curso de la historia... Cicerón, basta ya, por Júpiter, para ya.
- ¿Vas a dejar Roma voluntariamente?
- No, nunca haría eso, ya huí con Pompeyo, ... El viejo Cneo... Sabes que no volveré a irme.
- Entonces César te echará con una patada en tu nobilísimo culo.
- No, no puede... No lo hará... ¡Soy un patricio!
- Si, si que puede, sabes que puede, no te engañes. Y lo mejor de todo es que no tardará en hacerlo. A no ser que hagas algo por impedirlo.
- ¿Algo? ¿Como qué?
-¿No ha empezado todo con sangre? Con sangre ha de acabar... Bruto, no estás solo, otros senadores piensan igual que yo. Contamos todos contigo, Roma cuenta contigo.
- ¿Conmigo? Pero si yo no...
- Tu tatarabuelo liberó a Roma de un tirano, ahora es hora de que hagas honor a ese hecho, y acabes tú con otro. Toda Roma espera con ansia ese momento. Haz honor a tu familia, eleva a todo to alto el nombre de los Junio.
- Yo... Mi familia... César...
- ... debe morir.
- César ... debe morir.
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¿Tu quoque, Brutus?